Cada vez son más frecuentes los
centros de belleza que incluyen en su oferta tratamientos “golosos”, tanto
faciales como corporales. El chocolate
es uno de los más conocidos por su acción drenante en la piel, pero también se
utilizan otros productos como la fruta y la mermelada por sus propiedades
antioxidantes.
La deshidratación es el problema
más frecuente que experimenta la piel tras los meses de verano debido a
factores como la mayor exposición al sol, la sal del mar o el cloro del agua de
las piscinas. La miel es uno de los productos naturales más efectivos para
recuperar la hidratación de la piel, tonificarla y nutrirla en profundidad. Por
esto, son mucho los centros de belleza y bienestar que recogen este tratamiento
en sus cartas.
A la hora de aplicar esta
terapia, lo normal es comenzar realizando un peeling exhaustivo. A través del
peeling se consigue una exfoliación que permite renovar las capas de la piel
eliminando las imperfecciones y favoreciendo un color uniforme. A continuación,
se aplica la envoltura con miel y jalea real aplicando un masaje por todo el
cuerpo y se coloca una mascarilla sobre el rostro. De esta forma el cliente se
relaja mientras el producto actúa sobre la piel.
Cuando se retira el revestimiento
llega el turno de la hidratación, que se realiza con una crema que posee
también el aroma de la miel. Sin duda, una forma inmejorable de recuperar el
brillo y el aspecto saludable de la piel mientras nos relajamos.